Cada vez que intentaba, desaparecer, volvía y volvía y volvía...siempre al mismo punto.Al punto donde esperaba que las nubes, se esfumaran y dejaran que el sol apareciera.
Insistía y cada noche, buscaba desesperadamente el sol sin saber que, entre tinieblas, tiene miedo de aparecer.
No imaginaba que todo en lo que creía, en su sol, en realidad, jamás lo encontraría.Qué triste resultaba su noche..que sola y que desamparada...
No veía, o quizá era que no quería ver...tampoco importa. Pero sí, siempre, siempre sonreía en su distancia como si el hecho de su espera eterna le resultara agradable.
Simple monotonía que aburría al propio aburrimiento hasta el punto de nunca invitarle a su fiesta. Miraba a atrás vergonzosa desnudando su cuerpo al pasado, dejando ver sus marcas que acariciaban su cuerpo con un ardiente rastrillo en llamas.
Pelaba una cebolla capa por capa mientras lloraba y lloraba..pero esas lágrimas no eran de triste tristeza, sino de tristeza, por el empequeñecimiento de la cebolla..más pequeña, y más pequeña hasta que se deshizo entera.
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Me encanta...
ResponderEliminargracias nena :)
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